DICHO Y HECHO


                            Dicho y hecho


"Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está, dentro de nosotros". -Hermann Hesse.

Tras una de mis primeras publicaciones el pasado noviembre del año anterior, quedó más que claro que Donald Trump no volvería a la Casa Blanca por pasar el rato. El presidente Estadounidense, el primer día de su mandato, firmó por encima de un centenar de leyes en las cuales se daba el visto bueno a la expulsión de inmigrantes ilegales sean mayores o menores de edad, niños en un país que no conocen, repatriados, ya que aunque el niño haya nacido en territorio americano no se le concederá la nacionalidad, viéndose, estos menores, en la necesidad de tener que volver a sus hogares, siendo inocentes. Volver de donde sus padres marcharon para darles una vida mejor. Principalmente el ejecutivo trumpista solo ha repatriado a inmigrantes ilegales "altamente peligrosos", aquellos que amenazan la integridad de sus comunidades. Viendo a la presidencia de Trump esperemos que sea un farol; sin embargo ya sabemos que no.

Por otro lado el 45º y 47º presidente de la primera potencia del mundo se ha reunido hace unos pocos días con el genocida de Benjamín Netanyahu para anunciar que los más de 300.000 palestinos que vuelven al norte de la franja, volverán para ver ruinas, pues el plan de Trump, que lo ha dicho públicamente en la última comparecencia con el primer ministro de Israel, es desactivar todas las bombas de la zona, expulsar a la población y demoler hasta el último ladrillo para construir resorts y edificios turísticos en la zona costera de la franja de Gaza, lo que Trump calificó como "La Nueva Rivera del Medio Oriente" y afirmando que los gazadies "deberían buscar una nueva tierra bella y hermosa donde rehacer sus vidas al completo", esto, apoyado por supuesto por el sionismo, que sonrió fervientemente ante las palabras del mandatario estadounidense. En primera instancia Estados Unidos planea que los habitantes de Gaza tras ser extraviados de su tierra acudan a zonas próximas como Jordania o Egipto ya que han dejado la zona inhabitable para los ciudadanos y habitantes. Concentración, exterminio y regocijo, ¿no les suena haberlo visto antes?.

Dejando el tema aún lado parecía que no había nada más que comentar pero resulta que Donald Trump ha afirmado volverse creyente a más no poder y tener una revelación divina. Tras su intento de asesinato ha creado una oficina de la fe, sí, una oficina de la fe, al más puro estilo episcopal donde su encargada espiritual Paula White, quien es una televangelista multimillonaria tendrá una especie de ministerio donde tratará la religión en los Estados Unidos, pero claro, no la libertad religiosa, sino, la libertad religiosa cristiana, la cual esta evangelista comenta que ha estado siendo humillada por distintos sectores anticristianos y con frases como: "La falsa victoria de Biden fue gracias al anticristo, nosotros devolveremos a los estados demócratas a la senda de Dios". La libertad de culto debería ser lo que el propio nombre dice, libertad, pero para algunos la libertad solo cabe en aquello en lo que piensan y eso es lo que estima ese cristianismo sectarista que no dejará ver más allá de sus líderes a sus propios ciudadanos, pues parece que con este gobierno la nación más potente del mundo va en camino de convertirse en una pseudodemocracia basada en un teocentrismo en la que pensar distinto será pecado.

No hace falta explicar que el pueblo estadounidense está bajo el yugo de unas personas que buscan el control de su población, así como el engrandecimiento de su raza, sí, de nuevo, su raza, un país de indígenas, inmigrantes africanos y colonos europeos busca una raza propia y por supuesto protegerla de cualquier mal que se aproxime a sus fronteras. También el uso del teologismo como fuente de esperanza, la constante opresión a aquellos que opinan diferente, junto y más, harán de los Estados Unidos, la nación de la "Libertad", en un cuchitril a nivel intelectual en el que solo tendrán lugar aquellos que piensen, sean y hablen, de la misma forma que los que componen ciegos, esa mayoría donde la libertad del pensamiento queda cuestionada por el insulto, la dejación y la discordia de quienes creen ser intelectualmente y moralmente superiores por el hechos de ser "puramente estadounidenses". 

- "Si no creemos en la libertad de expresión para la gente que despreciamos, no creemos en ella para nada"

-Noam Chomsky, (lingüista, filósofo, politólogo y activista estadounidense)

-Leonardo 

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